La técnica de la silla vacía en la terapia Gestalt

Una de las técnicas más reconocidas y utilizadas en el enfoque de la terapia Gestalt es la técnica de la "silla vacía". Podemos hablar de tres tipos de técnicas en terapia Gestalt, las expresivas, las supresivas y las de integración. La silla vacía estaría en este último apartado. En este artículo vamos a ver un poco más sobre esta técnica.

Orígenes y fundamentos de la Terapia Gestalt

Como ya hemos dicho previamente, la Terapia Gestalt se basa en principios fenomenológicos y existenciales, enfatizando la importancia de la experiencia inmediata y la responsabilidad personal. Se centra en cómo las personas perciben e interpretan el mundo en el aquí y el ahora, considerando que el proceso de dar sentido a nuestras experiencias es fundamental para nuestra salud mental. 

Fritz Perls, junto con su esposa Laura Perls y Paul Goodman, desarrollaron esta forma de terapia influenciados por diversas corrientes como el psicoanálisis, la psicología de la Gestalt, la fenomenología y el existencialismo. En esta terapia, el/la terapeuta acompaña al cliente para que reconozca y acepte sus sentimientos, emociones y comportamientos en el presente, en lugar de sólo enfocarse en eventos pasados o futuros.

La Técnica de la Silla Vacía: Descripción y Aplicación

La técnica de la silla vacía es una herramienta poderosa dentro de la terapia Gestalt, utilizada para ayudar a los clientes a explorar sus emociones, conflictos internos y relaciones con los demás. La técnica se basa en la dramatización y en la comunicación interna, donde el cliente se imagina que está hablando con otra persona, una parte de sí mismo o incluso un concepto abstracto, representados por una silla vacía situada en frente.

Cómo se realiza la técnica

Durante la sesión, el terapeuta invita al cliente a sentarse frente a una silla vacía y a imaginar que en ella está sentada una persona importante en su vida, una parte de sí mismo con la que tiene un conflicto, o incluso una emoción, una parte del cuerpo o un síntoma que quiere explorar. Es fundamental, y muchas veces la silla no sale adelante por esto, que cada parte que entra en diálogo esté bien diferenciada. El primer paso a la hora de hacer la silla es que la persona encarne cada parte. Que la visualice y la represente, tomando conciencia corporal, emocional y cognitiva de cada una de las partes enfrentadas. A continuación, se le pide a la persona que hable en voz alta con esa "presencia", expresando todo lo que siente, piensa y desea decir.

El terapeuta suele sugerir al cliente que cambie de silla para responder como si fuera la otra persona o parte de sí mismo, fomentando así un diálogo interno. Antes de empezar a responder, es fundamental, como acabamos de decir, que la persona encarne y "sea" la parte en cuestión. Otro aspecto fundamental a tener en cuenta por el/la terapeuta es que cada vez que la persona hable desde una silla, esté bien claro que el discurso pertenece a esa parte y no a la que tiene enfrente, evitando confusiones. Si hay dudas, es necesario parar y poner conciencia de lo que esté ocurriendo.

El autor Norberto Levy hace aportaciones interesantes a esta técnica en sus libros "El asistente interior" y "La sabiduría de las emociones". Altamente recomendados.

Este proceso permite que el paciente externalice sus pensamientos y emociones, logrando una mayor conciencia y comprensión de sus conflictos internos y dificultades, facilitando la resolución de los mismos. Es necesario tener claro que, la mayoría de las veces, la silla no termina con la "resolución" del conflicto ni con la integración de las partes en liza. La mayoría de las veces la silla acaba con una mayor conciencia del conflicto, de lo que ocurre en el mundo interno de la persona consultante. Que la silla finalice sin resolver el conflicto no significa que haya salido mal o haya sido un fracaso, significa que es necesario volver a abordar la situación más adelante.

 

Beneficios de la técnica de la silla vacía

La técnica de la silla vacía tiene múltiples beneficios, tanto a nivel emocional como cognitivo. Algunos de los más destacados incluyen:

  • Externalización de emociones: Permite que la persona exprese y procese emociones que de otro modo podrían permanecer reprimidas, tapadas o simplemente, inconscientes.
  • Clarificación de pensamientos: Al verbalizar los conflictos internos, la persona puede clarificar sus pensamientos y sentimientos.
  • Empoderamiento personal: Ayuda a la persona a tomar responsabilidad por sus emociones y acciones, promoviendo un sentido de empoderamiento.
  • Resolución de conflictos: Facilita la resolución de conflictos internos y en relaciones interpersonales al fomentar el entendimiento mutuo.
  • Incremento de la autoconciencia: Potencia la conciencia del cliente sobre sus propios procesos internos y cómo estos afectan su comportamiento y relaciones.

Limitaciones y consideraciones éticas

Aunque la técnica de la silla vacía puede ser extremadamente efectiva, no está exenta de limitaciones y riesgos. Algunas personas pueden encontrar la técnica demasiado confrontativa o emocionalmente abrumadora, especialmente si no están preparados para enfrentar ciertos aspectos de su vida emocional. Es crucial que el terapeuta evalúe cuidadosamente la idoneidad de esta técnica para cada paciente y contexto.

Además, la técnica de la silla vacía debe ser utilizada con sensibilidad cultural y con un profundo respeto por los límites de la persona. El terapeuta debe estar preparado para brindar apoyo emocional y contener posibles reacciones intensas que puedan surgir durante el proceso.

Conclusiones

La técnica de la silla vacía es una herramienta valiosa dentro de la terapia Gestalt, que permite a las personas explorar y finalmente, resolver conflictos internos y emocionales de manera directa y efectiva. A través de esta técnica, los clientes pueden desarrollar una mayor autoconciencia, liberar emociones reprimidas y alcanzar un mayor grado de bienestar emocional.

Sin embargo, como toda herramienta terapéutica, su eficacia depende en gran medida de la habilidad del terapeuta para guiar el proceso y de la disposición del cliente para participar. Con un uso adecuado, la técnica de la silla vacía puede ser una vía poderosa para el cambio y el crecimiento personal.

 

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